Homilía de Viernes santo


 Hoy, la Iglesia no celebra la eucaristía; hoy nuestra atención se centra en la muerte de Jesús, en el relato de su Pasión y en la veneración dl crucificado.
 Hemos escuchado el cuarto cántico del siervo sufriente, de Isaías. Un relato estremecedor, por su crudeza, que expresa el sufrimiento de inocente. Sin muchas explicaciones, nos invita a pensar en la pasión y muerte de Jesús.
o Jesús representa, asume el sufrimiento y la injusticia sufrida por todos los crucificados del mundo.
o Jesús se sumerge en el misterio de la iniquidad, el misterio del mal del mundo, que lo destroza.
o Sin embargo, la pasión de Jesús no es inútil, porque está respaldado por Dios, que acaba glorificándolo.
 Como nos ha dicho el autor de la carta a los hebreos, “ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado”. Y: “él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer”.
 Como hemos podido percibir, Jesús, en la pasión según san Juan, a pesar de ser el detenido, juzgado, condenado y crucificado, es el que dirige en todo momento la escena, el que se presenta como rey, cuando entra a Jerusalén, como rey es crucificado y como rey es sepultado. La cruz, en la visión de san Juan es el trono de la glorificación de Jesús.
 Vamos, a continuación, a venerar la cruz; mejor dicho, al crucificado, es su carne toman cuerpo todos los sufrimientos del mundo.
o Cuando el cristiano opta radicalmente por el Reino de Jesús tarde o temprano experimentará la cruz, que, eso sí, vivida desde Jesús y como Jesús, lleva aneja la garantía de gloria.
 Después, seremos invitados a comulgar con la eucaristía consagrada el jueves santo, que es memoria del amor entregado por Jesús en la cruz.
 Y somos convocados también al canto triunfal del aleluya de la resurrección del crucificado.

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