BREVE HISTORIA DEL TEMPLO PARROQUIAL DE BINÉFAR (1ª Parte)
Como colofón a los artículos publicados sobre el Santo Cristo y el templo de Binéfar, trataré de presentar aquí de modo breve, pero sistemático y cronológico, los datos más importantes relativos a la historia de nuestra iglesia parroquial, que en los anteriores artículos aparecían mencionados de forma más indirecta y aleatoria por resultar, en cierto modo, secundarios al tema central. Tomaré la mayor parte de los datos de la obra de José Antonio Adell: “Binéfar, tradición y modernidad”, a quien agradezco su amable autorización para ello.
La Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol se edificó a finales del siglo XV en estilo gótico flamígero, seguramente sobre una iglesia románica anterior. Adell indica como fechas de inicio y finalización de las obras, los años 1462 y 1478 respectivamente. La iglesia gótica primitiva se corresponde con la actual nave central del templo. Se compone de cuatro tramos cubiertos con bóvedas nervadas de crucería estrellada, todas ellas diferentes entre sí. Del mismo período son el atrio y el coro ubicado sobre él, que se sustenta con bóvedas de nervios cruzados, así como el baptisterio en el que existía una puerta gótica, hoy convertida en vidriera. En el espacio ahora ocupado por el cuarto de calderas (“2cuarto de San Pedro”), había inicialmente un pequeño cementerio.
También la mayor parte de la torre, salvo el tramo final donde se hallan actualmente las campanas, pertenece probablemente a la misma época, aunque el historiador Cristóbal Guitart en su obra “Arquitectura gótica en Aragón”, opina que es algo posterior, pues escribe al respecto: “la elevada torre octogonal recuerda modelos levantinos y parece ya del siglo XVI por las columnas adosadas a las aristas en los cuerpos superiores, con capiteles abocelados”. Según consta en el libro de visitas del obispo de Lérida, la torre poseía cuatro campanas en 1541. Un elemento destacable del templo gótico primitivo es su original portada compuesta de arquivoltas apuntadas, flanqueadas por dos altos pináculos. Cristóbal Guitart sostiene que “la traza de esta portada es única en Aragón, constando de arquivoltas apuntadas, muy abocinadas, con un cuerpo superior de forma caprichosa terminado en conopio muy puntiagudo”. Según Adell este último elemento ornamental sólo se encuentra en la portada de la catedral de Málaga, aunque mucho más recargado.
El magnífico retablo del templo fue realizado por uno de los mejores escultores del reino de Aragón, el valenciano Damián Forment, quien lo concluyó el 6 de junio de 1525, recibiendo por su labor veinticuatro dineros jaqueses. Damián Forment fue el principal exponente de la escuela aragonesa de escultura renacentista. Realizó, entre otros, los retablos de la Virgen del Pilar de Zaragoza, el de San Pablo de Zaragoza, el de Caspe, la Magdalena de Tarazona, el monasterio de Poblet y el de Santo Domingo de la Calzada. El cuerpo principal del retablo tenía dentro de la hornacina central una gran estatua, quizás tallada en alabastro, representando a San Pedro. Esta imagen era igual a la de la iglesia de San Pablo en Zaragoza. En las alas laterales se representaban doce pinturas con escenas de la vida de San Pedro. El retablo disponía de unas puertas policromadas, adornadas con hermosas pinturas en claroscuro, que servían para cerrar el altar mayor en los días de Semana Santa.
En 1585 la iglesia de Binéfar fue sede de las Cortes de Aragón debido a que Monzón padecía una epidemia de tifus. Felipe II, que presidía las Cortes, admirado de las puertas que cerraban nuestro altar, mandó trasladarlas al monasterio de El Escorial y sustituirlas por otras parecidas, aunque menos valiosas. Entre los personajes ilustres que asistieron a estas Cortes, se hallan el obispo Pedro Cerbuna, fundador de la Universidad de Zaragoza en 1583, San Juan de Ribera y San José de Calasanz
BREVE HISTORIA DEL TEMPLO PARROQUIAL DE BINÉFAR ( 2ª PARTE )
Las reformas más importantes de la iglesia parroquial se emprendieron en el siglo XVIII y duraron más de medio siglo. Se iniciaron hacia el año 1742, posiblemente en el marco del centenario del milagro del Santo Cristo. Durante las obras se amplió el templo y la torre, colaborando económicamente en las mismas la mayor parte de los vecinos de la villa, según sus posibilidades. En su libro, Adell nos informa de que: “el Castellán de Amposta, Fray Vicente de la Figuera, en el año 1785 consigna 363 libras jaquesas para la fábrica de la iglesia y de la torre, que deberían pagarlas a cuenta de los vecinos de Binéfar por el grano prestado a éstos para las cosechas de los años 1782 y 1783… también los productos de las yerbas de particulares de los años 1785 y 1786 se invirtieron en la fábrica de la iglesia”.
En esta ampliación se añadió el crucero y sobre él un amplio cimborrio o cúpula realizados en ladrillos aunque tienen por base sillares de épocas anteriores. Para realizar esta ampliación se tuvo que demoler el ábside gótico primitivo. Asimismo, se construyeron dos naves laterales de menor altura que la central correspondientes al último período del barroco, para lo cual se dio la forma de columnas y falsos arcos a los muros de la nave central primitiva con la función de comunicar la nave central con las laterales. Estas naves se cubrieron con pequeñas cúpulas con linterna, en cada una de las tres capillas de que se componen. El libro de visitas episcopal nos informa de que en 1785 el cementerio todavía se hallaba alrededor de la iglesia, deplorando el mal estado en que se encontraba. En el año 1796 se colocaron las campanas y finalizaron las obras.
En 1841, tal vez con ocasión del bicentenario del milagro del Santo Cristo, se iniciaron las obras de restauración de la capilla del Santo Cristo, a cargo de Don Juan Barber y Escudero, como nos informa el padre Sebastián Mercadal en su obra “España mariana”. Para ello se contrató al pintor Pedro Martínez, quien elaboró dos pinturas en ambos lados de la capilla. En el lado derecho, una Piedad junto a Santa María Magdalena y San Juan. En el izquierdo, la Coronación de espinas. En el extremo inferior derecho aparece la inscripción: “A expensas de D. Juan Barber y Escudero, Pedro Martínez, pintor, 1844”. Todo parece indicar que este pintor no era otro sino Pedro Martínez de Hebert, pintor y fotógrafo, célebre algunos años más tarde por sus cuadros de Isabel II, de nobles de la época y de diversos literatos, entre ellos Gustavo Adolfo Bécquer. Recibió el cargo de fotógrafo de cámara en 1871, y fotografió, entre otros, a Alfonso XIII en su infancia y a Amadeo de Saboya.
Durante la Guerra Civil, la iglesia fue empleada como garaje e incendiada, sufriendo graves daños su interior y la entrada, aunque no así su estructura. El retablo de Damián Forment y el Santo Cristo de los Milagros fueron destruidos. Una vez pasada la contienda se encargó a los renombrados hermanos José y Joaquín Alvareda, miembros de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, y de las de San Fernando y San Jorge, la elaboración de un nuevo retablo inspirado en el anterior, acabado en 1955, que se colocó en 1956. Ambos fueron profesores de la escuela de artes de Zaragoza. De su estudio-taller han salido importantísimos trabajos que están en muchas iglesias de España e Hispanoamérica. Entre otras, realizaron la carroza para la custodia de La Seo de Zaragoza, así como el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén para la Procesión del Santo Entierro en Zaragoza.
Breve historia del templo parroquial de Binéfar (3ª parte)
Las actuaciones más recientes que han tenido lugar en el templo parroquial han sido las siguientes:
Entre 1953 y 1960 se repusieron los retablos del altar mayor (1955) y de las capillas laterales, destruidos durante la pasada contienda civil.
En 1970 se colocó el pavimento actual.
En 1976 se pusieron los actuales bancos y se pintó el interior del templo.
Entre 1983 y 1984 los hermanos Santisteve repararon la torre del campanario.
En 1986 se reparó parcialmente el tejado, se restauraron las esquinas de la fachada principal, la arquería y los contrafuertes del lateral derecho.
En junio de 2002 se cerró al culto el templo parroquial de San Pedro para proceder a su restauración, que consistió en las siguientes actuaciones: renovación completa de la techumbre de todo el templo, con las correspondientes canales para la evacuación del agua de lluvia; restauración de los elementos ornamentales que componen la portada principal del templo; apertura de la logia (“sala de los arquillos”) sita en la parte superior de la fachada principal; restauración del zócalo lateral del muro que da a la calle La Iglesia; restauración del tramo de la escalera de la torre, hasta la altura de la logia; pintado de blanco del interior del templo. Esta restauración fue solicitada por el Ayuntamiento de Binéfar al Departamento de Rehabilitación y Vivienda, de la DGA, que fue el promotor de la obra, a la que aportó el 75% del presupuesto; el otro 25% fue aportado exclusivamente por la Parroquia de Binéfar. Mientras duró esta restauración, el culto se siguió celebrando entre la capilla de san Antonio y un almacén habilitado como capilla en la llamada “Era de Salillas”, cuyos propietarios prestaron gentil y gratuitamente este inmueble.
Para hacer frente a esta restauración, junto con la terminación del Centro Parroquial (CePa) la parroquia tuvo que suscribir sendos préstamos: el primero con el Banco Atlántico (actualmente Sabadell-Atlántico), suscrito por un capital dispuesto de 273.953 €, a devolver hasta 2025, lo que supone el pago de una cuota de 1.280 € mensuales (a fecha de hoy); el segundo, con la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI), suscrito por un capital disponible de 350.000 € (dispuesto: 201.354 € a devolver hasta diciembre de 2023, lo que supone el pago de una cuota de 1.164 € mensuales (a fecha de hoy).
El templo de San Pedro se volvió a abrir al culto el 7 de diciembre de 2005, con la misa de víspera de la solemnidad de la Inmaculada, sin ningún otro protocolo oficial de inauguración
Breve historia del templo parroquial de Binéfar (y 4ª parte)
El 26 de noviembre de 2006, domingo, tuvo lugar el desprendimiento de la moldura inferior de dos dovelas del arco perpiaño que separa los tramos de bóveda primero y segundo comenzando a contar desde el crucero, situadas en el lado izquierdo del arco, y aproximadamente en octava y novena posición desde el arranque del arco. El trozo desprendido tiene una longitud de un metro aproximadamente, y un diámetro de unos 10 cm. Milagrosamente, no causó daños personales pues ocurrió entre un entierro que tuvo lugar a las 16:00 y el rezo del rosario de otro difunto, a las 19:00, de ese mismo día. Por precaución se decidió cerrar el templo al culto, que se siguió celebrando en la capilla de San Antonio y la improvisada en la Era de Salillas.
Tras una serie de conversaciones con el Ayuntamiento de Binéfar y la DGA, se instaló un andamio, propiedad de ésta, en el interior de la nave central, en el tramo entre la entrada y la base de la cúpula central, de forma que sirviera, por una parte, de protección contra una eventual caída de otros elementos de la bóveda central en la nave, y por otra, para poder trabajar a pie de bóveda, cuando se acometieran las obras de restauración de ésta. Esta intervención permitió reanudar el culto en el tempo parroquial el 14 de septiembre de 2008.
El departamento de Rehabilitación y Vivienda de la DGA redactó un Proyecto de restauración y consolidación de la bóveda central del templo por un valor de 454.442 €, de los cuales la DGA ha de aportar el 75 % (340.831 €, más posibles ampliaciones), y el 25 % restante (113.610 €, más posibles ampliaciones) se comprometió a aportarlos el Ayuntamiento de Binéfar, aprobado por unanimidad, en sesión plenaria del 10 de abril de 2010. Agradecemos a los grupos políticos municipales que hicieron posible llegar a este acuerdo.
En conversaciones posteriores entre la Parroquia y el Ayuntamiento, se ha llegado al acuerdo, de que el Ayuntamiento correrá con el pago del 25% del coste total de la obra (incluidas todas las modificaciones); por su parte la parroquia se comprometió a la donación al Ayuntamiento de los edificios conocidos como “Guardería Parroquial” sitos en C/ La Iglesia, 11-13. La donación de los citados inmuebles se materializó ante notario el 21 de septiembre de 2011 por la firma de la escritura de la propiedad correspondiente.
Pidamos a Dios que, con su ayuda, construyamos la Iglesia que Él quiere.