HOMILÍA VIERNES SANTO HOMILÍA DE VIERNES SANTO  Acabamos de escuchar el relato de la muerte de Jesús. Y contemplamos esa muerte como la entrega de Cristo, a favor de toda la humanidad. Jesucristo es el Siervo, de que hablaba Isaías que carga sobre sus hombros el peso del pecado de toda la humanidad; el que aprendió, sufriendo, a obedecer.  El dolor de Cristo nos remite al dolor de toda la humanidad sufriente: los enfermos, los desgraciados y malditos, los que son tratados injustamente, aquellos a quienes se les arrebata la vida o sus bienes, o su fama, a los que viven solos o sufren desprecios. o Jesús se une a su dolor, porque él ha sufrido no sólo por nosotros, sino también con nosotros y como nosotros. Él ha experimentado lo que es sufrir, llorar, morir. Él se ha manifestado como cercano a nosotros, de forma que, además, nosotros podamos vivir nuestros sufrimientos en comunión con él, prolongando su pasión en nuestra vida y experimentar el valor salvífico que tiene nuestro dolor unido al suyo.  Y nos enseña a obedecer, aunque nos cueste, a ponernos, con su ayuda, en manos de la voluntad de Dios Padre.  Hoy anticipamos ya la Pascua, de alguna manera, porque será la Pascua del crucificado. Un aire de victoria se percibe en nuestra celebración, lo cual arroja sobre nosotros esa luz de esperanza en los momentos en que nos visita el dolor y el fracaso.  Hoy adoramos y besamos la cruz. Damos gracias a Cristo por entregarse en ella por nosotros y le pedimos que nos ayude a abrazar libremente la nuestra. Y en la comunión recibiremos ese su cuerpo que se entregó por nosotros.

– HOMILÍA DE VIERNES SANTO

– Acabamos de escuchar el relato de la muerte de Jesús. Y contemplamos esa muerte como la entrega de  Cristo, a favor de toda la humanidad. Jesucristo es el Siervo, de que hablaba Isaías que carga sobre sus hombros el peso del pecado de toda la humanidad; el que aprendió, sufriendo, a obedecer.

– El dolor de Cristo nos remite al dolor de toda la humanidad sufriente: los enfermos, los desgraciados y malditos, los que son tratados injustamente, aquellos a quienes se les arrebata la vida o sus bienes, o su fama, a los que viven solos o sufren desprecios.

o   Jesús se une a su dolor, porque él ha sufrido no sólo por nosotros, sino también con nosotros y como nosotros. Él ha experimentado lo que es sufrir, llorar, morir. Él se ha manifestado como cercano a nosotros, de forma que, además, nosotros podamos vivir nuestros sufrimientos en comunión con él, prolongando su pasión en nuestra vida y experimentar el valor salvífico que tiene nuestro dolor unido al suyo.

– Y nos enseña a obedecer, aunque nos cueste, a ponernos, con su ayuda, en manos de la voluntad de Dios Padre. 

– Hoy anticipamos ya la Pascua, de alguna manera, porque será la Pascua del crucificado. Un aire de victoria se percibe en nuestra celebración, lo cual arroja sobre nosotros esa luz de esperanza en los momentos en que nos visita el dolor y el fracaso.

– Hoy adoramos y besamos la cruz. Damos gracias a Cristo por entregarse en ella por nosotros y le pedimos que nos ayude a abrazar libremente la nuestra. Y en la comunión recibiremos ese su cuerpo que se entregó por nosotros.

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