13 de agosto
En agosto de 1936 recibieron la corona del martirio, en Barbastro, cincuenta y un miembros de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Fueron nueve Sacerdotes, treinta y siete Estudiantes de Teología y cinco Hermanos Coadjutores. Durante su largo cautiverio dieron firme testimonio de su fe y de sus ansias de martirio, así como de su actitud generosa en personar. Rechazaron la oferta de salvar la vida si dejaban su vocación religiosa. Dos de los Hermanos Coadjutores habían nacido en esta diócesis: Manuel Buil Lalueza, en Abizanda, y Francisco Castán Meseguer, en Fonz. Ambos, con los otros treinta y ocho que iban a morir los días 13 y 15 de agosto, firmaron la Ofrenda a la Congregación («Testamento de los Mártires de Barbastro») escrita el día 12 en un modesto envoltorio de chocolate. El primero, martirizado el día 13 de agosto, escribió: «¡Viva Barbastro Católico!». Y Francisco Castán, cuyo martirio tuvo lugar el día 15, estampó esta despedida: «¡Viva Dios!» Nunca pensé ser digno de gracia tan singular». Los restos de estos mártires se veneran en la Iglesia del Corazón de María que dicha Congregación tiene en Barbastro. Fuero beatificados por el Papa Juan Pablo II el día 25 de octubre de 1992.